¡ QUERIDO JANO !

Ante la manifiesta incapacidad de contactar contigo de manera directa, permíteme interactuar mediante el clásico uso de la carta. Sin membrete, ni dirección conocida, quiero expresarte algunas consideraciones que espero algún día puedas procesar, comprender y hasta responder. Conozco tus limitaciones actuales y podrías incluso, reprocharme ahora, que sufro cierto trastorno de ansiedad al intentar comunicarme con un asistente de voz. Pero la verdad, bastante tienes con gestionar de manera eficiente el aviso de vacunación para los terráqueos de Cantabria. Por cierto, que tampoco importa que ocasionalmente te equivoques porque al final cobrarás lo mismo. También el doctor Simón comete errores siendo humano.

Te veo conectado con la actualidad haciendo bueno el icónico principio de “no es no”; con sólo pronunciar la negativa del usuario a cualquier consulta tuya y aunque el “no” sea fundamentado, cortas por lo sano y anulas la opción de cita. Eso si, siempre concedes nuevas oportunidades y debo agradecerte, que, a diferencia de otras entidades virtuales, no exiges que demostremos nuestro origen humano.

Insisto: ¡Gracias Jano! Por eso y por tu superlativa agilidad para contactar con la gente sin ninguna pérdida emocional. Eres un colaborador casi perfecto que no puede recibir quejas ni aclaraciones. Un modelo  surgido en plena pandemia, que rehúye del contacto físico y sonoro en nombre de la eficacia y cuyos nobles impulsores son la Administración y la Banca. De esta última ya hablaremos…

La COVID es la gran excusa para reducir la carga de atención personal, y en consecuencia el brutal empeoramiento de los servicios. Siempre nos quedará el impagable amparo de los vigilantes de seguridad que custodian los edificios, primera línea de recepción para facilitar un número de teléfono saturado o página web cargada.

Si pudieras pensar, seguramente creerías que soy un negacionista de la tecnología. Nada más lejos. Los servicios digitales se han revelado como instrumentos esenciales durante este insólito tiempo. Gracias a ellos no hemos sucumbido del todo al colapso económico y social. Fíjate en la enseñanza, el comercio, teletrabajo, telemedicina, redes sociales y de entretenimiento. Y debemos seguir impulsando nuevos desarrollos y aplicaciones. Pero eso si, con los recursos suficientes, sin exclusión ni imposición y siempre que suponga un avance en el bienestar social y no a la inversa.

Ni a ti, ni a tus talentosos creadores, puedo reprocharos nada. Creo que sabes de lo que te hablo…

Pronto tendrás competencia con modelos de tu especie evolucionados en forma humanoide. Serán esbeltos, elegantes y con voz seductora.

Además, debes prepararte para cuando se reduzca y finalmente finalice la pesadilla actual. Deberás desconectarte como los juguetes viejos y sufrir una desprogramación controlada. Se acabó lo de disponer del listín telefónico de la muchedumbre.

Será un gran día para todos nosotros y seguro que indiferente para ti. Si almacenases alguna emoción, aunque fuera virtual, podrías sentirte orgulloso de tu trabajo. Sobre todo, cuando las autoridades repasen tu hoja de servicios.

Por cierto, Jano en la mitología romana es el dios de las puertas, los comienzos y los finales .

Espero muy de verdad, en este final, no volver a oírte más…

 

Juan Carlos Ramos

Gerente Clúster TERA